La realidad cambió rápidamente en diez años, y varios candidatos (y algunos inte-  lectuales) han perdido contacto con ella, por lo que puede verse.

La ley pulpín fue una clara señal de que los partidos tradicionales no tenían ya nin-gún contacto con los jóvenes (de haberlo tenido, no la habrían aprobado).

La caída de Heresi en las elecciones municipales (por suponer que los electores    eran estúpidos que votarían por él solo porque cantaba y bailaba), y la subida de    Cornejo en las mismas (por hacer lo contrario, es decir, una campaña muy seria,     solamente con propuestas) fueron una segunda señal muy clara de la evolución    positiva del elector peruano.

Algunos intelectuales han quedado descolocados al pronosticar que los plagios de Acuña le importarían un comino al elector (otra subestimación grosera).

El candidato del ego colosal no se dio jamás por enterado de los cambios. Preten-  dió que bailando en Agua Dulce junto a personajes de la farándula convencería a la gente de votar por él una tercera vez.

No se da cuenta de que ya engañó dos veces al elector, prometiendo cosas que no hizo y haciendo cosas que no prometió, de manera que la gente ya no le cree. No   se acuerda de que prometió hacer “el cambio responsable” como alternativa a Humala, y que luego olvidó sus promesas y sacó de la manga algo que jamás había   dicho en su campaña (la doctrina del Perro del Hortelano). ¿En qué parte de su       campaña de 2006 dijo que se proponía liberar a 5000 delincuentes? Lo hizo porque le salió del forro, porque se creyó omnipotente y mesiánico, sin tomar en cuenta e que a la gente no se le puede mentir una y otra vez, sin esperar consecuencias.

Está tan cegado, que no se da cuenta que ofrecer “experiencia” como su principal  virtud, como ahora lo hace, es fatal para él. ¿Qué viene a la mente de cualquier ciu-dadano cuando escucha a García decir “experiencia”?. Lo que viene al instante es   la palabra “narcoindultos”, nada más.

Está tan obnubilado que no se da cuenta de que los narcoindultos fueron algo muy malo, (además de corrupto). Dice “a la gente no le gustó, entonces no lo haré de     nuevo”. ¿Entienden? No es que estuviera mal, sino que a la gente, (que puede ser   caprichosa) no le gustó. Añade: “si no quieren que use esa facultad (de indultar),    pues no la uso y se acabó. Al niño grande le da pataleta. No reconoce que abusó   de una facultad que todos los presidentes han tenido. No se da cuenta de que no   se trataba de que no hiciera uso de esa facultad, sino de que no ABUSARA de ella.

No se da cuenta, enhorabuena para el Perú.