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Fábrica cerrada de Genral Motors en Detroit

Trump y las bondades del neoliberalismo

O sea, faltó comunicar los logros, ¿manyas?

Publicado: 2016-11-11


Leo en el editorial de El Comercio que la culpa del triunfo de Trump la tienen "las élites políticas, mediáticas e intelectuales que parecen haber perdido la conexión con el ciudadano de a pie y la capacidad de comunicar que los beneficios de una sociedad integrada entre sí y con el mundo siempre superarán los costos".

O sea: habría que explicarle a la gente que es bueno que las fábricas de EEUU cierren, para irse al Asia a fabricar las cosas con mano de obra de niños esclavos. Que para eso sirve la "flexibilización laboral", y que eso es muy bueno.Y que es bueno que los bancos tengan libertad de jugarse, en el casino de la bolsa, los ahorros de la clase media. Porque solo libre juego del mercado... etc, etc. Es lo que dicen siempre los políticos a los que les va mal: ¿reconoce usted algún error? "bueno, no haber sabido comunicar nuestros logros..."

¡Están ciegos! No pueden darse cuenta de que es la desregulación laboral y financiera, precisamente, la que ha producido todo este desastre. Con la reducción de la jornada a cuatro horas, solucionamos todos esto en ocho meses. Ya no solo soy yo el que lo dice, está la NEF, está Rutger Bregman, está Friga Haugg, está el señor Slim. Pero creo que vamos perdiendo la batalla frente a la ceguera. Nos hemos metido en la novela de Saramago (¡un genio, Saramago!)

En ocho meses, con una reducción mensual de media hora de jornada cada vez, el mundo obtendrá: pleno empleo (y, por consiguiente, desaparición de la pobreza), y estabilidad económica, al estabilizarse la tasa de ganancia. Y algo más importante aún: tiempo libre para realizarnos como seres humanos y para compartir, hombres y mujeres, las tareas del hogar en forma equitativa.

Hitler y Musolini surgieron en contextos de crisis parecidos a éste. Si no se hace lo que venimos proponiendo hace ya catorce años, ya saben lo que se nos viene. No digan que no se les advirtió.

Eso es todo, sigan con sus ocupaciones habituales, olviden lo que acabo de decir. Sé que, si no lo olvidan en seguida, lo olvidarán mañana, porque pasarán a pensar en otras cosas. Pasarán a escuchar lo que todos los brillantes intelectuales y sesudos comentaristas escriban, y ninguno de ellos "la ve", así de sencillo.


Escrito por

Carlos Tovar Samanez

Arquitecto, diseñador, caricaturista y escritor. Publica en La República. Ha recibodo el Premio de Periodismo y Derechos Humanos de la CNDDH


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Caricaturista del diario La República desde el año 2002. En 1984, ganó la Bienal del Humor Perú Ríe.